"Yo nunca
estuve en un interrogatorio vestida, (...) me exigían que me desnudara
completamente", recuerda la ecuatoriana Susana Cajas, violada repetidas
veces durante su detención clandestina a manos de militares en 1985 por
pertenecer a la guerrilla urbana AVC.”[1]
Susana Cajas,
fue otra de las víctimas del régimen Febres Corderista, fue detenida junto a
sus colegas Luis Vaca y Javier Jarrín, también militantes de AVC.
Los tres
fueron desaparecidos y torturados durante 15 días. Veintiocho años después, la
Fiscalía presentó cargos contra seis generales y cuatro coroneles en retiro por su presunta
responsabilidad en el caso de los tres exguerrilleros, que lograron sobrevivir
para asistir al primer caso por delitos de lesa humanidad ventilado ante la
justicia ecuatoriana, para conocer de este caso a continuación cito en extenso
"En el año 85, tenía 21 años, estaba en la ciudad de
Esmeraldas, con Luis Vaca y Javier Jarrín tomándome un refresco. Llegó un carro
de militares y nos pidió documentos, se los entregamos. (...) Inmediatamente
después nos llevaron a un cuartel que funcionaba en Esmeraldas, nos sometieron
a una serie de preguntas inicialmente de manera no violenta", afirmó la
asambleísta suplente del partido de gobierno. Después empezaron interrogatorios
mucho más fuertes. Querían que confesara mi participación en Alfaro Vive Carajo
(AVC). Permanecimos aproximadamente dos días en ese cuartel. Luego nos hicieron
un largo viaje, amarrados y con el rostro cubierto, hasta lo que luego me
enteré era el cuartel de inteligencia en Quito, donde permanecimos 13 días
más".
"Me desaparecieron quince días; quince días en que mis
familiares me buscaron en todas las cárceles, en ninguna aceptaron la
detención. (...) La tortura psicológica consistía en todo tipo de amenazas: te
vamos a matar; vamos a matar a tu familia. Yo nunca estuve en un interrogatorio
vestida, en todos los interrogatorios me exigían que me desnudara
completamente, y ahí había toda la aplicación de electricidad, de agresiones
sexuales, cuando ellos consideraban que me había portado mal me llevaban al
infiernillo, que era un calabozo muy pequeño, donde no podía estirarme".
"Vivía con la angustia de que en cualquier momento hubiera un nuevo
interrogatorio. Llegaba la noche, no había interrogatorio, pero venían los que
me cuidaban a acosarme sexualmente; a sacarme al baño, me tenían horas bajo la
ducha. Después de esa experiencia, de pensar diariamente que iba a morir, de
sufrir diariamente la tortura, me llevaron a la cárcel. Sentí un alivio. En ese
momento no me importaba en qué condiciones estaba, si había hacinamiento;
realmente todo era secundario, lo importante era que estaba viva"[2].
Susana Cajas y Javier Jarrin cuyos
testimonios al igual que el de Luis Vaca fueron recogidos por la Comisión de la
Verdad, fueron sacados de la unidad militar y abandonados en las afueras de
Quito, con los ojos vendados y las manos amarradas, según la fiscalía.
Poco después llegaron agentes de
civil y los detuvieron porque Cajas llevaba documentos falsos. Estuvo recluida
por 20 meses. Su compañero Javier Jarrin quien vive en el exterior y no se hizo
presente en la audiencia de formulación de cargos también recobró la libertad,
pero Luis Vaca fue incomunicado en un cuarto por dos años y medio antes de ser
liberado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario