Al indagar acerca de la
personalidad de León Febres Cordero, la autora de este proyecto lo precisa como
un hombre extremadamente inteligente, tenía gran habilidad de expresar sus
sentimientos, basó su política en expresar una personalidad muy agresiva e
inclusive autoritaria.
Un líder que se impuso en el
ambiente político en el Ecuador, su firmeza de carácter, energía, y capacidad, aún cuando sometió al país
a un fuerte endeudamiento público.
Su mayor defecto la
intransigencia con la oposición, defecto que él propio Febres Cordero
reconoció. Siempre tuvo sus seguidores y
naturalmente, sus opositores, más aún cuando enfrentó situaciones críticas,
políticamente complejas y delicadas, como el haber tenido que enfrentar el
fenómeno de la guerrilla incipiente que comenzaba por América
Latina. Nacido el 9 de marzo de
1931, hijo de Agustín Febres-Cordero Tyler y de
María Ribadeneyra Aguirre. Los primeros estudios y parte de la
secundaria los realizó en el Colegio Salesiano Cristóbal Colón de su
ciudad natal, hasta que cumplió los 16 años de edad en que viajó a
los EE.UU. de Norteamérica para completar su educación media y graduarse
de Bachiller con excelentes calificaciones, por lo que podemos definirlo como
un estudiante brillante.
Posteriormente continuó sus
estudios superiores en el Steven Institute of Technology, donde
sobresalió como un buen estudiante y destacado deportista, una vez que obtuvo
su título de Ingeniero Mecánico, volvió a Guayaquil para iniciar su carrera
profesional prestando sus servicios en las empresas e industrias más
importantes, a las que con sus conocimientos y orientación impulsó hasta
hacerlas lograr un gran desarrollo. Desde esa época y gracias a sus notables
éxitos en el campo empresarial se empezó a proyectar como gran figura pública,
lo que permitió que en 1966 fuera elegido Diputado Funcional por la Industria
de la Costa a la Asamblea Constituyente, y dos años más tarde Senador por la
Industria de la Costa al Congreso Nacional.
Su labor en el campo empresarial
fue reconocida por todos los círculos industriales, teniendo una formación
política, técnica y administrativa, formada por norteamericanos por tres
períodos consecutivos fue elegido como Presidente de la Cámara de Industrias.
Mientras trabajaba en la Empresa Eléctrica dedicó tiempo para formar su primera
compañía Santos & Febres Cordero que se dedicaba a proveer servicios
eléctricos, era la primera compañía del país, realizando las instalaciones
eléctricas del primer puerto de Guayaquil, por lo que León Febres Cordero, se
destaca como un excelente empresario, de igual manera se perfilo como un hombre
de posiciones absolutamente radicales que durante su gobierno evidentemente
llevó adelante algunas acciones que pudieran ser calificadas de positivas, pero
su actitud frente a la oposición política y frente a ciertas iniciativas de
contradicción con su gobierno fue absolutamente dura.
Algunos historiadores lo
describen como un hombre directo, claro en lo que planteaba, de gran tesón, de
gran voluntad de hacer las cosas, indiscutiblemente un hombre con capacidad de
influir en la gente, pero por otro lado era arbitrario y vengativo.[1] Mantuvo un carácter despiadado, siendo implacable
con sus enemigos, fue cuestionado por sus decisiones políticas, Febres Cordero
fue considerado por las organizaciones de derechos humanos como el Mandatario
más represivo de la historia
ecuatoriana.[2]
Sus cualidades de líder hicieron
que se convirtiera en una persona muy poderosa e importante en el país.
Político conflictivo, fogoso y apasionado, al ser sumamente obsesionado con el
orden, su imagen siempre era impecable, su vestimenta elegante y su postura
altiva. Al dirigirse al pueblo, por su personalidad imponente su discurso
infundía la fuerza, la autoridad, el poder.
Se declaró como el opositor
radical de Jaime Roldós y Oswaldo Hurtado, lo cual utilizó como estrategia
principal para llegar al poder. La campaña electoral en 1984 le dejó una
enemistad profunda, lo cual lo obligó a ser como fue y a recurrir a mostrar su
lado agresivo, implacable y duro.
Utilizó un slogan de campaña que
logró posicionarse de una manera impresionante por su estilo y calidad: “Pan,
techo y empleo.” Creó un ambiente de intransigencia: con insultos, groserías y
falta de diálogo.[3]
Recurre frecuentemente al
machismo pues expresaba frases como estas "tengo los pantalones bien
puestos", también fue un hombre regionalista; manipuló la religión y
al anticomunismo, el miedo, el chantaje, las violaciones a la Constitución y la
represión fue su estilo de gobierno.
En su mandato, el movimiento
Alfaro Vive Carajo construyó una su identidad que se irradia en diversos escenarios,
y Febres Cordero instauró una política de terror desde el Estado para controlar
a la oposición, a nombre de “combatir a la subversión”.
En círculos políticos y populares
se lo llamaba el "dueño del país", denominación que correspondía al
poder indiscutido de que gozaba en el cantón Guayaquil. Durante su
mandato, la principal estrategia fue culpar a la oposición de haberlo acosado y
perseguido desde antes de posesionar su gobierno. Se lo criticó por su manera
de dirigirse al público y a los medios de comunicación con los cuales tuvo
muchos inconvenientes durante su mandato.
Su lenguaje verbal, era muy
directo, lleno de insultos, palabras conflictivas que inclusive daba a parecer
que peleaba o discutía todo el tiempo, su actitud siempre era a la defensiva,
sus gestos y expresiones iban acorde con su discurso lo cual le generó gran
presencia. Su tono de voz era alto y penetrante, lo cual según críticas
demostraba demasiada prepotencia. Finalizada su presidencia, se dedicó a
defenderla. Y siguió pesando en la política nacional por la fuerza de sus
declaraciones públicas. Es por todo lo que se menciona que la autora de esta
investigación cree que fue un hombre extremadamente prepotente, agresivo,
implacable, tenaz, perfeccionista.
[1] León Febres Cordero, Carácter.,
BBC Mundo, América Latina, obtenido el 16 de enero de 2009.
[2]León Febres-Cordero, ex presidente de Ecuador Diario El Mundo, obituarios, obtenido el 16 de enero de 2009[3]http://www.enciclopediadelecuador.com/temasOpt.php?Ind=851&Let=
[2]León Febres-Cordero, ex presidente de Ecuador Diario El Mundo, obituarios, obtenido el 16 de enero de 2009[3]http://www.enciclopediadelecuador.com/temasOpt.php?Ind=851&Let=
La llegada de León Febres Cordero a la presidencia significó un giro a los retos de la democracia, tanto por la abierta prepotencia de los sectores aliados al gobierno, como por la voluntad de polarizar a la oposición en torno al terror.
Su
carrera legislativa se caracterizó por la interpelación a funcionarios, por lo
que sus colaboradores se convencieron de que no solo tuvo el poder en la
Presidencia, que ejerció desde 1984 a 1988, sino que después de ella la amplió
a otros poderes del Estado.
Se
ha definido a León Febres Cordero como un hombre prepotente, en algunos casos
hasta dictatorial por lo que la autora
de este trabajo cree que es evidente el afán del Ejecutivo, es decir del ex
presidente Febres Cordero, de controlar todos los poderes del Estado, tales
como la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal de Garantías Constitucionales,
el Tribunal Supremo Electoral y otros, pues si en el plano económico y social,
la política tiende a favorecer a las élites y empobrecer más a los que menos
tienen, en lo político se hace presente una fuerte pugna de poderes.
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