Una vez que se conformó el AVC, para cumplir
con sus objetivos debían buscar los mecanismos para financiar a la organización,
tomando en cuenta que, según el criterio de la investigadora de este proyecto;
para llegar a los objetivos propuestos, consideraron que la lucha armada era el
camino correcto, irrumpieron en una serie de acciones que desde su punto de
vista servían como un protesta en contra del gobierno de la época y que desde
el punto de vista del gobierno eran atentados que quitaban la tranquilad del
país, y que también atentaban contra las leyes impuestas desde el estado. En
este trabajo se enuncian algunos de las operaciones más sonadas e impactantes
que conmocionaron al país:
Las Espadas de Eloy Alfaro y
Pedro José Montero, el Busto de Eloy Alfaro
Si bien
desde principios de 1983 AVC hizo un número acciones como recuperaciones
bancarias y grafitos, la primera operación que recibió la cobertura de los
medios de comunicación fue el robo de las espadas de Eloy Alfaro y Pedro José
Montero del Museo
Municipal de Guayaquil el 11 de agosto de 1983.
En julio de 1983 se da uno de los hechos que marcan el inicio de lo que
posteriormente sería llamado: Alfaro Vive Carajo (AVC), cuando Fausto Basantes
decidió unirse al grupo liderado por Arturo Jarrín dado que “pensaba que no
debían existir grupos, que debía marcharse conjuntamente, unitariamente”.
Producto de este acercamiento, Jarrín y Basantes comandaron la
recuperación de busto de Eloy Alfaro del local del Partido Liberal, de lo cual
se relata lo siguiente:
“el local
partidario era custodiado por un guardián y su familia. La esposa del guardián bonachona y conversadora era muy amigable, quienes realizaban la
investigación usan una
estratagema para sustraerse el busto sin el uso de la
fuerza, el día
de la recuperación
una pareja de compañeras
visita el local
y dicen que
están promocionando
una nueva marca de aceite, exaltando la calidad del producto
y ofreciendo regalárselo
si les
permitían una
demostración. Así, mientras
ellos comprobaban las
virtudes del milagroso
aceite, dos compañeros penetraron y sacaron el
busto. Grande fue la sorpresa de los confiados guardianes al comprobar que el busto del general Alfaro había desaparecido”.
“Se hace la
recuperación del busto de Alfaro aquí en Quito, pensando en que no se merecía estar el busto en la sede
donde se realizaban banquetes y se organizaban grandes actos de corrupción y se retiro de ahí el busto, haciendo ver que a los
cien años estábamos rescatando la
heredad de Alfaro”,
este suceso motivó conflictos al interior del FRPEA.
En una reunión
informal, miembros del MIR-M plantearon la necesidad de una definición de la línea de
trabajo, así como, su desaprobación a hechos que denotaban un aparecimiento público. Tras criticar la
injerencia de Arturo Jarrín en la realización de los recientes operativos, el
MIR-M abandonó el FRPEA.
Otra de las
acciones realizadas en ese momento por la agrupación fue la recuperación de las espadas del
General Eloy Alfaro que se exhibían en el Museo Municipal de Guayaquil, para
lo cual el lugar que fue sometido a un análisis pormenorizado del número de personas que laboraban,
visitantes, seguridad, tránsito externo, alarmas, horas de mayor concurrencia, complementado con un plan interno y externo y,
finalmente, la estrategia de la retirada. Previo al rescate de la espada
del general Eloy Alfaro, el grupo armado tuvo dos intentos fallidos, el
primero,
“lo montamos el 9 de julio de 1983, se
cumplían 100 años de la toma de
Guayaquil por Alfaro (…), queríamos saludar este hito histórico; la
presencia de numerosos niños que junto
a sus maestros efectuaban una visita educativa al museo, impidió que se lleve a cabo la acción.
Una semana
después, mientras en el museo ofrecían un concierto el prestigioso guitarrista Kobayashi se debió suspender el
operativo por la
presencia de numeroso público y personal de seguridad, que podía haber generado enfrentamientos
afectando a la
imagen de nuestro movimiento. El operativo debía ser totalmente limpio, detalle que cuidaría siempre AVC, usar la violencia
como último recurso”.
Después de
estos intentos, el 11 de agosto del 1983, antes del cierre del museo, Arturo Jarrín, Jimmy
Solórzano, Rubén Ramírez, Jorge Albán, Marco Troya y Pablo Morán ingresaron al
primer piso alto y dominando a dos empleadas y al guardia de seguridad,
proceden a romper los vidrios de la vitrina donde se exhiban los objetos
personales del general
Eloy Alfaro, toman las espadas de Alfaro y Montero, las envuelven en una funda
roja, y dejan hojas volantes que explicaba la acción cometida, salen del museo,
y montan el operativo de retirada.
A raíz de este
hecho, los medios de comunicación ecuatorianos hablan de la existencia de un grupo
subversivo al que denominaron “¡Alfaro Vive, Carajo!”. A mediados del mismo mes, “Los
Chiribogas” se retiraron del FRPEA aduciendo la intromisión de Arturo Jarrín
en el trabajo de la regional de Esmeraldas, así como, el ocultamiento de información referente a un viaje de
entrenamiento en Libia que venía preparándose.
Primera Rueda de Prensa
El 23 de
septiembre, Arturo Jarrín, Mireya Cárdenas, Edgar Frías, Fausto Basantes, ofrecieron una
rueda de prensa clandestina en Pululahua, un centro vacacional al norte de Quito, a la que fueron
conducidos los periodistas Carlos Vera y Félix Narváez.
Carlos Vera asegura:
“me dijeron tú eres el primero de la
lista, no eres e lúnico, si tú no
aceptas tenemos un segundo, me acuerdo que estaba Roberto Aspiazu, y le dije: cómo no voy a aceptar, fueron a la redacción de La Hora, donde
yo trabajaba, entró un tipo
y me dice: yo soy de Alfaro Vive y le dije:
yo soy Jhon
Waine, me dice: no, te digo en serio, quieres ver los alfileres de Alfaro, así le
llaman ellos a las espadas que habían sido recién sacadas del Museo de Guayaquil y el busto y como no hoy a quererlas ver,
todo el mundo quiere ver, me
dice: bueno, no digas a nadie, mañana te recogemos frente a tu casa”.
Félix Narváez
ratifica este hecho: “tiene que ser este momento o nunca, entonces, me puse un poco
duro y le dije que tiene que ser mas tarde, no, no, me dice y se abre la chompa, por eso me quedó la imagen
de la chompa y me dice es por esto y tenía un arma y tenía una fotografía, le digo: y bueno de que se trata, me dice: déjeme
entrar, la cuestión es muy simple,
quiero que me acompañe, es una cuestión muy rápida, no le puedo explicar
de lo que se trata y por favor acompáñeme”
.
La logística
del hecho fue muy bien organizada como lo describe el periodista Carlos Vera:
“armaron como que había una boda en un club
por la Mitad del Mundo, me pusieron gafas oscuras y luego vendas, por tanto, no le molestó a nadie
que entraran y salieran carros a cada rato con
jóvenes (…), la gente creía que era una boda (…) y lo que estaban era dando entrevista, todavía encapuchados
ellos en esa época, con el famoso busto que lo tenían ahí y las dos
espadas”
.
En esta rueda
de prensa se entregó un manifiesto al país en el que se señalaba la existencia de
una organización político-militar a la que presentaron con el nombre de ¡Alfaro Vive, Carajo!, este hecho
marcó el inicio verdadero de lo que fue AVC.
Días después de
la rueda de prensa, Arturo Jarrín y otros militantes alfaristas viajaron a recibir
entrenamiento militar en Libia, quedando el comando central a cargo de Fausto Basantes y Edgar Frías.
En Esmeraldas
en el mes de octubre de 1983, se lleva a cabo una escuela de formación militar, que
por ser denunciada por un morador de la localidad, culminó en la detención de 17
alfaristas, entre los cuales, se encontraba Mireya Cárdenas y Fausto Basantes, acusados de tenencia ilegal de
armas y asociación ilícita.
Recuperación
Económica: Banco Del Pacífico En La Villaflora
El 4 de junio
de 1984, Arturo Jarrín junto a media docena de guerrilleros realizaron un robo
al Banco del
Pacífico en el barrio La Villaflora de Quito, luego de perpetuado el asalto,
Arturo Jarrín, Rubén Ramírez, Jimmy Solórzano, Manuel Cerón, Santiago Rivera y
Guido Llamuca, se refugiaron en la casa de Consuelo Benavides, una trabajadora
del Ministerio de Industrias y simpatizante de AVC.
La policía los
encontró y luego de arrestarlos los torturó, luego de que su hermana, Beatriz
Jarrín, fuera arrestada, la policía hizo creer a Jarrín que su padre también
había sido arrestado y que su madre estaba siendo buscada.
Jarrín
primeramente dio a la policía un nombre falso pero, temiendo que vejaran a su
familia, confesó su identidad, su membrecía en AVC y su participación en el
robo al Banco del Pacífico, condenándolo de 6 años de
prisión, por su parte, Benavides permaneció detenida por meses, acusada de
asociación ilícita, saliendo en libertad el 14 de abril de 1985, pero no pudo
encontrar empleo por lo que decidió contactar a miembros de AVC, encontrando
refugio en una zona rural de la provincia de Esmeraldas.
Agencia de Noticias del Ecuador
Robo de Juguetes
En diciembre AVC robó juguetes de una
fábrica de Quito para luego repartirlos entre los moradores de los barrios
pobres de la ciudad. A fines de ese mes Hamet Vásconez, quien había estado en
El Salvador, llegó al Ecuador y se unió al Comando Central de AVC, reemplazando
a Jarrín, quien era prisionero en el Penal García Moreno de Quito.
Posesión de León Febres Cordero
El 10 de
agosto de 1984, el día en que Febres-Cordero asumió la presidencia del Ecuador,
AVC tomó varias estaciones de radio para anunciar su oposición al gobierno
entrante. Fue retenido el licenciado Eduardo Zurita, director de radio Nacional
del Estado, y se ocupó una radio en la ciudad de Portoviejo, desde donde se
difundió un comunicado en donde se
rechazaba al nuevo
régimen y se
le advertía sobre
su decisión de
enfrentar militarmente a la oligarquía.
Toma del Diario Hoy
El grupo realizó otro operativo de
impacto mediático el 2 de noviembre de 1984, con la toma del diario Hoy,
entraron una noche antes del cierre de la edición y obligaron al diario a
imprimir un manifiesto que circuló al siguiente día con el diario, según lo
explica Pedro Moncada, “el documento que se publica en el Hoy es la
reivindicación de la democracia en armas”, para garantizar el reparto, el jefe
de impresión fue llevado como rehén hasta que los diarios fueran distribuidos.
Asalto al Rastrillo de la Policía
Nacional
El asalto al Rastrillo de la Policía
Nacional significó un minucioso y paciente trabajo investigativo, levantando
planos del local y paulatinamente descartando horarios por el tráfico vehicular
del sector y por la frecuencia con la que llegaban unidades motorizadas de la
policía.
Se impone el correcto criterio militar
de que la noche ofrece mejores posibilidades
para la retirada;
junto al Rastrillo
funcionaba un departamento
de comunicaciones de la Policía Nacional, el 11 de marzo de 1985, en un
operativo realizado conjuntamente con el M19 por contar con una gran
experiencia operativa, AVC decide que una parte del comando operativo vayan
disfrazados de policías, esto permitió el fácil ingreso y la dominación de la
guardia que custodiaba el objetivo, además, se buscó un vehículo similar al
utilizado por la Policía Nacional en esa época; en esa fecha, la Selección de
Ecuador jugaba un partido de futbol con su similar de Argentina,
en un país futbolizado como el nuestro, ni los policías que hacían guardia en
el Rastrillo estaban ajenos a este encuentro deportivo.
Esta situación fue aprovechada por el
Comando Operativo que penetró y fue dominando uno a uno a los gendarmes hasta
llegar al centro de comunicaciones, donde se encontraban congregados viendo el
partido de fútbol, el local fue copado totalmente y se logró luego de romper
las seguridades de algunas puertas llevar 631 revolverse calibre 38, 40
carabinas de uso privativo de la Policía, la retirada se dio sin ningún
contratiempo y las armas fueron guardadas celosamente.
“En uno de esos casos de Ripley, por
lo increíble, una vaca destruyó la tapa de un buzón (refugios donde se
guardaban las armas), ubicada en una granja en la ciudad de Quito, lo que
permitió que la Policía recupera un contingente importante de armas”144.
A principios de abril del 85, Hammet Vásconez fue capturado por la Policía y
conducido a prisión, luego de las indagaciones por el asalto al Rastrillo.
Plan Fuga
Otra de las acciones memorables de la
agrupación fue la ideada por Marco Troya, militante de AVC, quien asumió la
responsabilidad del operativo “Plan Fuga”, en donde se pretendió liberar a
Arturo Jarrín, Rubén Ramírez y Hammet Vásconez, Manuel Cerón del ex Penal
García Moreno, con objeto de ello, miembros de AVC se encargan de encontrar una
casa muy cercana al Penal, desde donde se construiría el túnel.
“Una pareja de jóvenes alfaristas van
a trasladarse a habitar en su nuevo negocio, una deposito de papas. Son largos
meses de arduo trabajo, de riesgos; la posibilidad del derrumbe con el peligro
de quedar atrapados y morir fue
permanente. No fueron técnicos en esta clase de trabajo ni ingenieros, peor
guerrilleros del M19, quienes diseñaron
la obra, como
sostenían algunas versiones periodísticas. fueron nuestros
albañiles, maestros en este arte, los que realizaron el túnel
que condujo la ibertad a nuestros hermanos”.
El 28 de abril AVC realizó una
sofisticada operación para liberar a Jarrín y Vásconez del Penal García Moreno.
Desde un local comercial vecino, los guerrilleros cavaron un túnel de más de
100 metros. Por él escaparon Jarrín, Vásconez y otros dos miembros de AVC. El
escape ocurrió un domingo a las 6:30 a.m. mientras los guardias cambiaban de
turno y los demás presos se preparaban para desayunar. El túnel desembocó en el
patio del Penal García Moreno, donde los miembros de AVC realizaban ejercicios
desde un par de semanas atrás. La construcción del túnel fue supervisada por
Marco Troya, quien había tenido experiencia como minero.
Desde el comienzo de sus operaciones
en 1983 hasta mediados de 1985 AVC no había realizado ninguna acción que atente
contra la población civil. Sus acciones eran principalmente acciones de
propaganda. El primer secuestro montado por AVC ocurrió en agosto de 1985,
cuando guerrilleros secuestraron al banquero Nahim Isaías, de 54 años, dueño de
uno de los bancos más poderosos del Ecuador, Filanbanco.
AVC quería secuestrar a Isaías para
obtener un cuantioso rescate para entrenar guerrilleros con el M-19 colombiano
y formar una guerrilla rural en el Ecuador. Un objetivo secundario era hacer
una declaración política, escogiendo como blanco a un obvio representante de la
oligarquía bancaria y comercial ecuatoriana. La lógica del secuestro era que
las fuerzas de seguridad no se atreverían a poner en riesgo la vida de Isaías,
y se negociaría un rescate financiero con su familia.Por ser esta operación
quizás la más nombrada dentro de las operaciones realizadas por AVC, se lo
detallará más adelante.
Secuestro de Antonio Briz
Kléber Elías Gía Bustamante luego de permanecer en Chile,
ante la muerte del presidente Salvador Allende, pasó al Perú, de donde fue
expulsado y de regreso en el Ecuador, retomó el liderazgo de su grupo logrando reagrupar a sus antiguos miembros y sumar
nuevos elementos que compartían su ideología. Sabedor que la organización había
subsistido con los aportes económicos de sus integrantes,
decidió ejecutar un primer secuestro, cuya víctima, a través de sus familiares,
entregaría como rescate una cantidad de dinero que se repartiría entre los
actores del secuestro, para la adquisición de una imprenta destinada a elaborar
material revolucionario, y el resto, para instalar un supermercado que provea
de víveres baratos a los militantes de la organización.
La planificación del secuestro se realizó durante algunos
meses en el domicilio de Gía Bustamante en la
planificación incluyó el aprovisionamiento de
varios vehículos, el sitio a donde ocultaría y mantendría en cautiverio al secuestrado hasta la entrega del rescate.
El 28 de noviembre, los secuestradores ubicados en sitios
establecidos, con todos los elementos logísticos que disponían, cubrieron las
vías de acceso y de escape, puntos de relevo, vehículos de transbordo,
realizaron un simulacro.
El 29 de noviembre, los designados para ejecutar la
acción llevaron a efecto su plan, privando de la libertad al
señor José Antonio Briz López. En forma inesperada, uno de esos días de
intensas negociaciones, apareció la Hna. Francisca López Monsalve con un
maletín que debía contener el dinero exigido por los secuestradores, quienes
cubrían todos los movimientos. Se percataron que la religiosa no tenía el
dinero y que su presencia en el sector era la causa de un intenso despliegue
policial.
Gía Bustamante consideró fracasado su plan y pidió a
Fernando Dávila Ochoa ordenar a Marco Antonio Pavón Palacios asesinar al
secuestrado, para cuyo efecto realizaron un sorteo que “favoreció” a Pavón
Palacios quien utilizando una pistola disparó
en el tórax de Briz López que permanecía drogado y
vendado los ojos. Con la misma arma, Jaime Fernando Abril Revelo realizó un segundo y certero disparo que
terminó con la vida del secuestrado.
Consumado el secuestro y ejecución de Briz López, los
secuestradores y asesinos se disgregaron. En poco tiempo se capturó a varios de
los secuestradores en distintos sitios del país.
Secuestro a Enrique Echeverría
El 20 de mayo de 1986, el Dr. Enrique Echeverría
Gavilanes, en las primeras horas de la noche, luego de cumplir sus labores como
Vocal del Tribunal de Garantías Constitucionales, salió de la institución, en
su automóvil. El Dr. Echeverría continuaba el recorrido hasta su
domicilio ubicado fuera del centro de la parroquia. Faltando un corto trecho para llegar a su domicilio apareció
un Trooper blanco que obstaculizó la vía y del que se bajaron tres individuos
con uniformes militares. Uno se ubicó en la parte posterior de su vehículo y
los otros dos en cada lado del auto.
Apuntándole con las armas que portaban, le dijeron que
se quede tranquilo, que no le pasaría nada, que se trataba de un golpe de
estado y que estaba detenido. Inmediatamente los dos sujetos se embarcaron en
el auto y uno de ellos tomó el volante conduciendo con dirección a Quito por la antigua vía a Guápulo. En el
trayecto el auto del Dr. Echeverría
sufrió un desperfecto por lo que sin poder arreglarlo decidieron continuar el viaje en el Trooper blanco.
Al llegar a Quito dieron varias vueltas para evitar que se percate a qué lugar
era llevado, hasta que finalmente llegaron a
una casa en Calderón, ubicada en el camino que conduce a Marianitas,
un sitio totalmente desolado que no
permitía a la víctima orientarse y peor saber la ubicación del lugar escogido para su cautiverio.
Al recordar que en el secuestro y asesinato al señor José
Antonio Briz López participaron catorce personas bajo el liderazgo de Kléber
Elías Gía Bustamante, miembros de la organización de una ideología política de
extrema izquierda, ocultaban su verdadera finalidad, que consistía en obtener
recursos económicos. Todos los participantes en el secuestro al Dr. Echeverría
se identificaron como miembros de la organización MONTONERAS PATRIA LIBRE. En
ella estaban personas que anteriormente formaban el grupo de los GÍAS y otras
que militaban en ALFARO VIVE CARAJO, quienes apartándose de esas agrupaciones
de extrema izquierda, habían conformado esta nueva y desconocida organización, cuya primera intervención pública fue el
asalto que realizaron el 22 de enero de 1986 en el Templo de la Libertad, donde luciendo uniformes militares robaron armas del museo. Los autores del asalto
entregaron a diferentes medios de comunicación colectiva, boletines reivindicando este acto delictivo ejecutado por el
movimiento Montoneras
Patria Libre.
El secuestro del Dr. Enrique Echeverría Gavilanes y mantenerlo bajo estricta vigilancia El Dr. Echeverría era Vocal Representante del
Ejecutivo en el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Secuestro A Periodistas De “La
Segunda” Y “Meridiano” Guayaquil
El 24 de mayo de 1985 fueron secuestrados periodistas de
“La Segunda” y “Meridiano” de la ciudad de
Guayaquil para obligarlos asistir a una rueda de prensa. Las investigaciones
señalaron como autores a: Rodolfo Gómez, Fausto Germán Basantes Borja, Édgar
Antonio Frías, Alfredo Díaz, César Morán, Tania Barrionuevo
García, Roberto Garnica.